"Respice post te, hominem te esse memento"
(Mira hacia atrás y recuerda que sólo eres un hombre)
Con esta frase, un esclavo que iba junto a César en el carro triunfal le recordaba que no era un Dios, a pesar de los agasajos a los que tenía que hacer frente un general vistorioso en la Roma Republicana.
Con esta entrada quiero hacer referencia a uno de los momentos más intensos y que más me atrae de Roma:
la entrada en triunfo de uno de sus generales.
Y ¿por qué? Básicamente porque hace poco estuve en l'Iber (el Museo de los Soldaditos de Plomo que tiene su sede en la Casa Palau Malferit, en la C/Caballeros nº 20 de Valencia frente al Teatro Talia) y me paré un rato a observar una maravillosa maqueta sobre un triunfo romano, que aconsejo a todo el mundo que visite, no sólo la maqueta sino también el resto del Museo (haciendo click en el logo del Museo podréis acceder a su página web).
Era una espectacular puesta en escena de la ciudad de Roma para agasajar a sus generales victoriosos. Un auténtico espectaculo aderezado con juegos y banquetes con los que era regalada toda la población de la urbe. De ahí el entusiasmo con el que se entregaban a él las clases bajas, por la promesa de festejos y banquetes a costa del vir triunphalis o triunfador.
Los requisitos necesarios para celebrar un triunfo eran los siguientes (citando a la wikipedia):
- Ganar una victoria significativa en bellum iustum (una guerra justa)contra un enemigo extranjero, matando al menos a 5.000 enemigos.
- Traer a las tropas a casa, simbolizando con ello el fin de la guerra y de la necesidad del ejército (esto fue aplicable hasta la profesionalización del ejército romano). Más adelante el triunfo se celebraba con un pequeña cantidad simbólica de tropas.
- La aprobación del Senado.
Si queréis saber más de la composición y las características de este triunfo podéis hacer click aquí.
César celebró nada más y nada menos que cinco de estos triunfos. Éste es el pasaje de "El Gran Julio César" dedicado a este glorioso momento de la vida de César.
César ahora es elegido Dictador Vitalicio y celebra su quinto triunfo por las calles de Roma. Los cuatro triunfos anteriores los había celebrado antes de la campaña de Hispania. El primero por su victoria en la guerra de las Galias, donde paseó las riquezas obtenidas allí, entre ellas a su enemigo número uno en esa guerra, Vercingetorix, que fue paseado detrás del carro de César por el Foro, encadenado a un poste. Al finalizar el desfile fue ejecutado de la manera que los romanos mataban a sus enemigos no romanos, estrangulándolos en un calabozo oscuro de los sótanos del Foro. El segundo triunfo, lo celebró por su victoria en Asia contra Farnaces. El tercero por su victoria en Egipto. El cuarto por su victoria en África contra el rey Juba I de Numidia y el quinto triunfo, por su victoria en Hispania. Durante cinco días los fastos, desfiles y fiestas en Roma fueron apoteósicos. Además de los desfiles triunfales de César por el Foro exhibiendo las riquezas obtenidas en esas campañas, César organizó obras de teatro, naumaquias (batallas navales simuladas), luchas de gladiadores, exhibiciones y lucha de animales feroces y desconocidos en Roma, como elefantes, rinocerontes, jirafas, leones, etc. A todo eso, le añadimos epulum, banquetes multitudinarios en los que hubo hasta 66.000 invitados. Se dio trigo a los ciudadanos y entre los veteranos soldados de César, se repartió el botín. César incluso restauró el dinero del erario público que había confiscado para pagar la Guerra Civil. Todo eso hizo César gratis, consiguiendo que sus veteranos y sus ciudadanos le estuvieran agradecidos.
"El Gran Julio César" de Txema Gil
Y este es el video de la serie Roma en el que se recrea este acontecimiento:
1 comentario:
Me hubiera gustado ser esa mano que sujeta la corona de laurel a sus espaldas. Besos.
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