Estas calurosas noches de verano, mientras espero la llegada de mis dos mellizos, que espero no han de tardar mucho ya, los estoy dedicando a acabar mi biografía sobre el Gran Julio César. Y estoy enfrascado en la Guerra de las Galias. Voy a ir colgando en este blog las batallas que vaya escribiendo para que si veis algun error o quereis aportar alguna anecdota o algún detalle que se me escape, por favor, mandadme un comentario. Muchas gracias.
PRIMERA PARTE: Los Primeros enfrentamientos con Ariovisto y contra los Helvecios. La Batalla de Bibracte ( Autun )
Los enfrentamientos entre tribus galas eran una constante en la Galia. Las múltiples tribus y sus diferentes intereses les conducían muy a menudo al enfrentamiento fraticida por disputas de muy diversa índole.
Fue precisamente un enfrentamiento entre las tribus de los eduos y los secuanios lo que hizo que una de estas dos tribus decidiera buscar ayuda. Una delegación edua atravesó el Rhin para pedir ayuda a los germanos. Liderados por Ariovisto, quince mil guerreros mercenarios germanos atravesaron el Rhin, intervinieron en el conflicto, pero después no se volvieron a sus tierras, sino que trajeron más guerreros y decidieron quedarse en la Galia. Viendose fuertes decidieron demandar una tercera parte del territorio para ellos.
Esto hizo que eduos y secuanios olvidaran sus antiguas diferencias y se unieran para rechazar a los germanos, pero fueron derrotados por Ariovisto en el campo de batalla. Sólo les quedó una solución: Pedir ayuda a Roma. Y así, Cayo Julio César, procónsul de la Galia tenía la excusa perfecta para empezar sus movimientos bélicos.
Pero además, la presión de los guerreros de Ariovisto sobre las tierras de la Galia, hizo que otro acontecimiento empujara a César a la guerra. Los helvecios, los habitantes de la actual Suiza, decidieron abandonar sus tierras y establecerse en otras más productivas mas al este, en la zona que los romanos conocían como la Galia Narbonense. Más de quinientas mil personas iniciaron una emigración masiva atravesando la Galia. Antes de partir incendiaron sus más de cuatrocientas aldeas para que la tentación de volver no les invadiera.
Partieron desde Ginebra con dirección a la costa atlántica y pidieron permiso para pasar por territorio de los eduos. Éstos, pidieron una vez más ayuda a César (que representaba el poder de Roma) y César les dijo que le dieran un plazo de quince días para tomar una decisión. Los helvecios esos días pararon su avance, pero la necesidad de abastecer al medio millón de personas, hizo que se dedicaran al saqueo y al pillaje entre las tierras de los eduos. Este hecho le dio la excusa perfecta a César para negarles el paso y aprovechó esos quince días para fortificar la frontera ( el río Ródano ) Al ver su camino cortado, tomaron otra ruta pero al final el enfrentamiento fue inevitable y se produjo quince días después.
La batalla de Bibracte fue el primer triunfo como general de Cayo Julio César. Con tan sólo cuatro legiones consiguió, a los pies de la ciudad, derrotar a los helvecios gracias a la mejor calidad de sus espadas ( las gladius romanas eran más cortas y manejables que las largas espadas galas ). Cuando la batalla se decantó a favor de los romanos, se produjo un auténtico genocidio, pues entre los muertos en batalla, los saqueos y las violaciones posteriores protagonizados por los legionarios, más de 390.000 helvecios perdieron la vida. Los aproximadamente 90.000 helvecios que sobrevivieron, fueron invitados a volver a sus tierras. Y fundaron un pueblo que hoy en día llamamos Confederación Helvética o Suiza.
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